consentimiento para el matrimonio con José y si se había pagado el precio por la novia, pero José todavía no se la había llevado a vivir a casa con él (ver Mt 1:18; 25:1–13; m. Ketub. 4:4–5). Su compromiso con José, que no tiene papel alguno en este episodio, establece la conexión del niño con David (1:32, 69; 2:4, 11; 3:31) con sus repercusiones mesiánicas. 1:28 Y al llegar donde ella estaba, dijo: “Salve, altamente favorecida, el Señor está contigo” (καὶ εἰσελθὼν πρὸς αὐτὴν εἶπεν, Χαῖρε, κεχαριτωμένη,
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